Una mirada al Coaching de desarrollo personal
Desde el descubrimiento del autoconocimiento generamos una relación entre el contexto, el compromiso y la acción que son claves para mejorar nuestra conducta y romper patrones limitantes
Para mejorar nuestra conducta y superar los patrones que limitan nuestras posibilidades de desarrollo, es fundamental entender cómo interactúan el contexto, el compromiso y la acción en nuestra vida.


Contexto: Entender el escenario donde vivimos
El contexto es el entorno en el que nos desenvolvemos, tanto externo como interno. No se refiere solo a las circunstancias externas como nuestro trabajo, familia o entorno social, sino también a los pensamientos, creencias y emociones que configuran nuestra realidad interna. Muchas veces, los patrones limitantes que seguimos están enraizados en este contexto interno, es decir, en la forma en que interpretamos la realidad y los eventos que nos rodean.
Por ejemplo, si crecimos en un ambiente donde se valoraba el conformismo o se evitaba el riesgo, es posible que hayamos desarrollado un patrón de comportamiento basado en la seguridad y la resistencia al cambio. Esto puede limitar nuestra capacidad de explorar nuevas oportunidades o enfrentar desafíos con confianza. En este sentido, cambiar nuestra conducta implica, primero, tomar conciencia del contexto que hemos construido y reconocer cómo este influye en nuestras decisiones y acciones.
El coaching puede ser una herramienta poderosa para redefinir este contexto. A través de preguntas poderosas y ejercicios de autodescubrimiento, podemos explorar las creencias y emociones que están detrás de nuestros comportamientos y comenzar a modificar nuestra interpretación del mundo para crear un contexto más expansivo y abierto a nuevas posibilidades.

Compromiso: La clave para transformar patrones
El compromiso es el punto de partida para cualquier cambio verdadero. Sin compromiso, cualquier esfuerzo por mejorar nuestra conducta se queda en intenciones sin acción. El compromiso con nuestro desarrollo implica más que desear un cambio; requiere responsabilidad y una decisión consciente de transformar nuestra vida.
Comprometernos a romper patrones limitantes significa estar dispuestos a enfrentar incomodidades y resistencias internas. A menudo, nos sentimos atraídos por lo conocido, por lo que ya hemos experimentado, incluso si esos patrones nos generan frustración o insatisfacción. El compromiso real implica estar dispuestos a salir de la zona de confort y aceptar la incertidumbre que viene con el cambio.
Es importante destacar que el compromiso debe ser tanto con nosotros mismos como con el proceso de cambio. Esto significa tener una visión clara de quién queremos ser y qué queremos lograr, y mantenernos enfocados en ese objetivo incluso cuando enfrentemos obstáculos o caídas. Un compromiso bien arraigado es lo que nos mantiene en movimiento cuando el proceso de transformación se vuelve difícil.

Acción: Pasar del pensamiento al movimiento
Si bien el contexto y el compromiso son esenciales, la acción es lo que finalmente nos lleva al cambio. Muchas veces, los patrones limitantes se perpetúan porque nos quedamos en el plano del pensamiento, sin traducir nuestros deseos en acciones concretas. Para cambiar nuestra conducta y romper con los patrones que nos limitan, es necesario tomar acciones consistentes y alineadas con nuestros objetivos.
Sin embargo, estas acciones no deben ser al azar. Es fundamental planificar y tomar decisiones conscientes sobre qué pasos tomar y en qué orden. Cada pequeña acción, por más insignificante que parezca, genera momentum y construye una nueva realidad. La repetición de acciones positivas y alineadas con nuestras nuevas creencias y compromisos ayuda a reprogramar nuestra mente y nuestro comportamiento.
Uno de los principios clave en el cambio de conducta es la consistencia. No es suficiente con actuar una vez o esporádicamente; debemos comprometernos a actuar de manera constante y repetida, incluso cuando los resultados no sean inmediatos. Al tomar acción una y otra vez, creamos nuevos patrones que sustituyen a los viejos, permitiéndonos avanzar hacia nuestras metas y romper las limitaciones que antes nos detenían.
Rompiendo patrones limitantes
El proceso de cambio requiere reflexión y disciplina. Para romper patrones limitantes, debemos identificar primero qué los provoca, cuáles son las creencias subconscientes que están perpetuando esos patrones y qué emociones están atadas a ellos. Esto puede incluir miedo al fracaso, inseguridad, necesidad de aprobación, entre otros.
A medida que trabajamos para cambiar, es esencial ser conscientes de los pensamientos y comportamientos automáticos que tienden a surgir, y abordarlos con nuevas herramientas. Cambiar nuestra conducta ante la vida implica también permitirnos cometer errores y aprender de ellos, sin rendirnos ni retroceder. La paciencia y la autocompasión son tan importantes como la acción misma.

En resumen, para mejorar nuestra conducta y no seguir patrones que limitan nuestro desarrollo, necesitamos:
- Entender el contexto en el que operamos, tanto externo como interno.
- Comprometernos con el proceso de cambio, asumiendo la responsabilidad personal.
- Tomar acciones consistentes y conscientes que nos acerquen a nuestros objetivos y nos permitan romper con viejos patrones.
Este enfoque nos abre a nuevas oportunidades y nos ayuda a crear una vida más alineada con nuestros verdaderos deseos y potencial.