Trabajo en Equipos
He dado muchas vueltas para escribir sobre trabajo en equipos y siempre llego a la misma conclusión: “Existen muy pocas actividades que no requieran de las relaciones personales o del apoyo de otros para ser logradas con éxito”. Algunos pueden decir que su trabajo es individual, pero me he fijado que siempre se depende de alguien, si quisiera remontarme a la antigüedad y ver oficios como la herrería, la carpintería o la armería; los artesanos y maestros siempre requerían por lo menos de alguien que le entregara las materias primas, además necesitaban generar buenas relaciones con el proveedor del hierro, carbón, pieles o madera. Aun cuando el negocio mejoraba, requerían también, de ayudantes o aprendices para cumplir con los pedidos en tiempos y plazos.
Quizá si pudiéramos remontarnos más en el tiempo, podríamos observar que dadas nuestras necesidades de protección o bienestar nos fuimos aclanando formando grupos, tribus, aldeas y poblados. En principio, tal vez fue la necesidad de protección ante depredadores mayores o la posibilidad de conseguir alimento a través de la pesca, la caza y la recolección. En estos grupos primitivos el hombre fue descubriendo fortalezas, debilidades, talentos y aptitudes de los otros. Cuando me refiero a estas características que reconocemos en las personas, hay alguien que por sobre los demás se da cuenta de ellas y tiene sus propias habilidades para ir reconociéndolas y ordenándolas dentro de un rudimentario esquema social, entonces así va apareciendo la figura de un personaje que es reconocido por los demás como el líder, es el que muchas veces ve más allá de lo que puede ver el jefe o jerarca del grupo.
Como comentaba anteriormente, son muy pocas las actividades que no requieran de ayuda o apoyo para poder ser logradas y esto nos representa que el hombre desde la prehistoria ha ido generando acciones con los demás.
En nuestro país Chile, existen marcadas tradiciones que así lo demuestran, si nos trasladamos al sur de este hermoso país en la Isla de Chiloé, más bien en todo su archipiélago, vemos que existen muchas leyendas y tradiciones. Para nuestro contexto, la tradición más reconocida es la MINGA. Esta es una forma de ayuda o apoyo comunitario para realizar tareas complejas de gran esfuerzo donde se requiere la organización, coordinación, el uso de la fuerza. La Minga, es tradicionalmente la reunión de una comunidad o un grupo de personas, pobladores de un lugar que se unen para realizar una faena o trabajo en favor de otro. Para lograr esta tremenda faena se reconoce la sabiduría y experiencia de algunos. Toda una gran organización para la gesta de un gran objetivo, que resulta exitoso. Esta fiesta tradicional de colaboración es un trabajo organizado que reconoce las habilidades y los talentos personales en función de la tarea final que es la consecución del objetivo o tarea.
¿Cómo se gestan estas acciones comunitarias de reunirse para el logro de un objetivo mayor?
Estas son preguntas muy significativas para centrarnos en la organización del trabajo, lo cierto es que, así como los pobladores se reúnen para el trabajo colaborativo, a través de la historia hemos ido conociendo grandes eventos o acciones sociales y que generalmente nacen desde la organización y los derechos en el trabajo asociado a grandes cambios, tecnológicos y culturales, como a mediados del siglo XVIII surge la Revolución Industrial.
¿Por qué buscamos asociarnos? ¿Sólo porque lo requerimos o generamos algo más?
Estas revoluciones o grandes estallidos marcan un gran cambio social y económico centrado en la industrialización de los procesos y los sistemas económicos pasando desde la producción agrícola-ganadea a la industrialización y fabricación de materiales de necesidad de la época, se reconoce principalmente a la parte obrera que ordenadamente debe realizar ciertas tareas en la fabricación industrial.
¿Cómo reconocemos, distribuimos y respetamos nuestros roles en la sociedad para el trabajo?
En la estructura de la sociedad, podemos identificar cambios que se reconocen desde el periodo neolítico, al pasar de los grupos más bien nómades, cazadores-recolectores a una sociedad más segura y sedentaria basada en la agricultura y la ganadería donde se comienza a sentar nuestra actual estructura social.





Todo este preámbulo lo hacemos para llegar a nuestros tiempos en el cual la organización del trabajo ha permitido generar distintas estructuras de mando y jerarquías en la sociedad laboral, pero aun así, la figura del Líder en los equipos de trabajo sigue teniendo un rol fundamental en la organización, desarrollo y resultado esperado, por esta razón pienso que en una sociedad tecnológica, globalizada, hiperconectada, con acceso al conocimiento que se precia de contar con la TI que hace que las comunicaciones sean instantáneas, entrando a explorar una segunda o tercera fase de la IA. Aun, los equipos siguen siendo fundamentales a la hora de saber o descubrir cuál es la aplicación que se requiere.
Con toda estas herramientas que nos proporciona la tecnología, al alcance de nuestras manos, si generamos un quiebre en la relación con los equipos de trabajo, los liderazgos o si las condiciones no son las más apropiadas, podemos enfrentarnos a una paralización en las operaciones generando pérdidas cuantiosas.
Situaciones como estas nos invitan a pensar en la forma de trabajar asociadamente con las personas y los equipos que éstas representan para nuestras organizaciones.
Organizar, ordenar, coordinar, dirigir y controlar equipos de trabajo eficientemente implica aplicar herramientas de liderazgo y acciones de capacitación, entrenamientos y mentoría que no sólo optimicen el desempeño individual, sino que también fomenten la cohesión y el éxito colectivo. En la actualidad entendemos que para liderar requieres de la IE inteligencia emocional como un factor determinante en la comunicación, credibilidad y lealtad de los equipos que, asociada a las inteligencias múltiples, la inteligencia artificial y la tecnología de la información IT nos pueden llevar a generar equipos de alto rendimiento o desempeño.
1.- Identificación del Core o la competencia distintiva de la organización: Antes de todo, es crucial definir el propósito central de la organización. Esto no sólo clarifica las metas y objetivos empresariales, sino que también establece las competencias y capacidades necesarias en los integrantes de los equipos.
2.- Compromiso individual y organizacional: Existe una diferencia significativa entre quienes simplemente cumplen con las expectativas laborales y aquellos que buscan un propósito más profundo y personal en su trabajo. Los líderes y coach’s deben entender estas motivaciones para alinearlas con los objetivos organizacionales.
3.- Fomento del propósito personal: Es esencial que los líderes y coaches ayuden a los miembros del equipo a identificar y desarrollar su propio propósito dentro de la organización. Esto no sólo incrementa la satisfacción personal, sino que también fortalece el compromiso y la dedicación hacia los objetivos comunes.
4.- Cultura de grandes sueños: Inspirar a los equipos a soñar en grande es fundamental. Al igual que ejemplos como el de Marcelo Ríos, Francisca Crovetto o Nicolás Massú entre otros. En ellos entendemos que quienes establecen metas elevadas tienden a mantener una motivación constante para alcanzar logros extraordinarios. Es crucial no conformarse con el éxito inicial, sino mantener una ambición continua por superarse. Por su parte Renco Evenepoel ganador de doble oro en el ciclismo de Paris 2024, (Contra reloj y gran fondo) viene de haberse enfrentado a una caída mortal el año 2021 cuando a pocos kilómetros de la meta para conseguir el Giro de Italia cae en una peligrosa curva a más de 80 km/h (cadera fracturada y pulmón perforado) muchos pensaron en su retiro definitivo del ciclismo, pero con 20 años de edad, se levantó y volvió a rodar consiguiendo en el año 2022 la vuelta España. Durante este 2024 antes de Paris ya habia obtenido el tercer lugar en el Tour de Francia y hoy es la mayor figura del deporte belga en la actualidad.
5.- Desarrollo continuo y liderazgo: Más allá de alcanzar una meta específica, el coaching debe centrarse en el crecimiento personal y profesional a largo plazo. Esto incluye el desarrollo de habilidades de liderazgo que permitan a los individuos asumir roles más destacados y responsabilidades más amplias dentro de la organización.
6.- Flexibilidad y adaptabilidad: Los equipos y las organizaciones exitosas no sólo se enfocan en cumplir con los objetivos actuales, sino que también están preparados para adaptarse y evolucionar conforme cambian las circunstancias y las oportunidades.
En resumen, liderar y coachear equipos de trabajo, implica más que simplemente gestionar tareas y cumplir con objetivos y metas. Requiere fundamentalmente de labrar una cultura organizacional que promueva la innovación, la motivación intrínseca y el crecimiento personal y profesional en forma continua (atraer y mantener talentos). Esto no solamente mejora el desempeño individual y colectivo, sino que también fortalece la capacidad de la organización y la comunicación para enfrentar los desafíos futuros.
Por cierto, no sólo pretendemos hablar de la teoría de equipos, sino que queremos hacer un aporte a las organizaciones, empresas, emprendedores y personas que buscan dar el siguiente paso en su desarrollo y crecimiento, abordando significativos temas, herramientas y metodologías para ir en la búsqueda de tu mejor desempeño y el alto rendimiento en los equipos y las organizaciones.